26 marzo, 2009

Pez volador

En Japón todavía hay quienes se sumergen en el océano en busca de perlas. Bucean por fondos marinos con una espátula en la mano para despegar los moluscos de las rocas. Se quedan el tiempo suficiente para conseguir una buena recolecta de ostras, con la esperanza de que una de ellas, algún día, les regale una perla.

Alejandro Cánovas nos ofrece, desde Japón, una pequeña joya, una de esas perlas finas y perfectas, tan difíciles de encontrar:

Pez volador es una película de animación basada en el relato homónimo del escritor Eloy Tizón (de su libro de cuentos Parpadeos, Ed. Anagrama).
La devoción de un hombre a su familia, la conmovedora inocencia de un niño, el amor de un hijo hacia su padre, el inevitable y doloroso momento de hacerse mayor y dejar atrás la infancia, son valores y emociones universales que Alejandro Cánovas ha sabido dibujar, en apenas 10 minutos de película, con la misma delicadeza y cariño con que fueron escritos por Eloy Tizón.

Espero que os guste.

5 comentarios:

Gonmator dijo...

Impresionante el corto de Alejandro Cánovas. Me ha gustado mucho. Muy buena adaptación del cuento de Tizón al cine, en mi opinión :-)

Es bello, y muy emotivo, contada la historia con esa delicadeza tan oriental. (Bueno, a lo mejor no es muy oriental, pero la delicadeza sí que creo que lo es).

Rafa Ventura dijo...

Para verlo y volverlo a ver, y después verlo de nuevo. Sentirlo, apreciar todos sus detalles. La voz que narra hechiza desde el principio (a pesar de no comprenderla en absoluto). Hay veces que no es necesario que el lenguaje manifieste algo comprensible ¿no os parece?; la entonación, las imágenes, la historia entera, contribuyen al mismo suspenso poético del cuento en el que se inspiró.

Está claro que el autor comprendió muy bien esa sensibilidad y dulzura de la que tú hablas.

Una maravilla.

¡Abrazos!

Gupe dijo...

Es cierto, sí: la voz encandila desde el comienzo, aunque no se comprendan las palabras, y también contribuye a esa delicadeza oriental...

Besos

Ricardo Guadalupe dijo...

Está hecho con muchísima sensibilidad y gusto. Bravo Cánovas y bravo Tizón, y gracias a ti, Gupe, por descubrirnos este corto.

Por cierto, hay otro relato llamado El pez volador en el que tengo mucho interés, se trata del de Hipólito G. Navarro. No lo he leído, pero me lo contaron, y eso bastó para que me influyera y me llevara a mí a escribir otro "pez volador", aunque no con ese título. Y me engancha tanto el relato que escribí que hasta lo convertí en guión y me gustaría hacer un corto de él, lo que son las cosas. Y por eso me ha gustado mucho ver este otro corto, y por eso me gustaría mucho leer tanto el relato de Tizón como el de Navarro.

¿Y tu "pez volador"? ¿para cuándo? Je, je.
Un montón de besos voladores

Gupe dijo...

Me alegra que te guste, Ricardo. Cuántos peces :-) El de Hipólito también es muy bueno, claro. Distinto, muy "Poli" :-)

Yo aún no tengo ningún pez en mi baúl de palabras, pero no descarto que el día menos pensado salga uno volando...

Besos